Las camas con tules se apoderaron del paisaje de las salas de terapia de hospitales y sanatorios. Nunca antes se habían visto tantos pacientes internados con dengue como este año. En total, ya hubo 2.566 tucumanos que requirieron hospitalización por la enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti. Si se compara con lo ocurrido en 2023, en la misma fecha, ahora hay un 46 % más de internados.
Según los datos de la Dirección de Epidemiología, en el sector público se hospitalizaron 1.685 personas, mientras que el privado fueron 881. El 59% fue mujer. De los que quedaron en observación, la mayoría tenía menos de 14 años.
Aunque están disminuyendo, las consultas por dengue siguen acaparando hoy la mayoría de la atención en las emergencias: representan el 44% de la asistencia en los hospitales de adultos y el 38% en los de niños. En la última semana, se atendieron 11.250 consultas por la patología que transmite el Aedes y por síndrome febril inespecífico. Las autoridades sanitarias aclararon que tanto en el caso de las internaciones como la atención en emergencias se está pudiendo cumplir bien con la demanda de asistencia.
Las consecuencias
Mientras siguen aumentando los casos (ya hay oficialmente cerca 40.000 contagios este año y 11 muertes), también los médicos están detectando cada vez más secuelas. Por ejemplo, hay pacientes que varios días después de haber padecido la “fiebre quebrantahuesos” siguen sufriendo cefaleas, dolores fuertes en las articulaciones o hasta presentan problemas cardíacos o neurológicos.
Por otro lado, este año se registró algo totalmente atípico: personas que presentaban una coinfección con dos tipos de dengue. En el país, incluso, se reportó el fallecimiento de un paciente con este cuadro. El caso se registró en Chaco; fue un hombre de 37 años que presentaba la combinación de DEN-1 y DEN-2 (el virus tiene en total cuatro serotipos).
El infectólogo Marcelo Quipildor, que es uno de los médicos que más sabe en el país sobre esta patología, señaló: “estamos viviendo este brote histórico de un virus dengue muy agresivo”.
“Hay mucha circulación de dos de los serotipos de dengue a la vez, el DEN 1 y el DEN 2. El reporte epidemiológico nacional muestra que hay más de 100 pacientes que tuvieron una coinfección con ambos tipos de virus. ¿Cuál es el riesgo? Esas personas pueden desarrollar las formas graves de la enfermedad. Esto tiene que ver más que nada con la respuesta inflamatoria del paciente”, explicó a LA GACETA el profesional, miembro de la comisión de emergentes y enfermedades endémicas de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI)
Según detalla Quipildor, ante el proceso infeccioso, cuando el sistema inmunológico tiene una respuesta exagerada, el paciente es más propenso a desarrollar un tipo de dengue grave.
“Puede ocurrir que la carga viral frente a los dos serotipos de dengue desencadene una respuesta exagerada, y eso ocasione una mayor viremia y más virus en sangre, llevando incluso a la muerte al paciente”, especificó el infectólogo del Hospital San Vicente de Paul de Orán, en Salta.
Reporte oficial
Hasta el momento hubo 155 casos de coinfección, de acuerdo al reporte oficial del Ministerio de Salud de la Nación. Esto puede darse porque el mosquito es portador de ambos serotipos del virus o porque la persona fue picada primero por un insecto infectado y luego por otro que le traspasó una cepa diferente.
Si bien las coinfecciones no son muy habituales, las investigaciones han mostrado que la más común es la combinación de DEN-1 y DEN-2, los serotipos que justamente están circulando hoy en Tucumán.
Síntomas
Según el último informe nacional - en el cual se detalla que los casos de dengue llegaron a 333.084 y las muertes, a 238- el síntoma más común de la patología es la fiebre, el dolor muscular y de cabeza, y el decaimiento. En los consultorios los médicos también están viendo otros signos asociados a la enfermedad, principalmente los problemas gastrointestinales, la dificultad para tragar y en muchas mujeres el sangrado vaginal anormal (ginecorragia), que no coincide con el período.
Además, los médicos describen cada vez más secuelas. Se identifican con una mayor frecuencia consecuencias en la visión, en el corazón, en el hígado y en el sistema inmunológico.
El doctor Quipildor ha realizado investigaciones sobre las secuelas y asegura que algunas de ellas pueden afectar la calidad de vida del paciente. Hay personas que seis meses después de la infección tienen decaimiento o fatiga, dolor de cabeza, y dolor en las articulaciones. La falta de concentración y el deterioro de la memoria son otros de los síntomas que pueden aparecer posteriores a la patología.
También se han estudiado trastornos neurológicos relacionados a dengue. En Tucumán, específicamente en el hospital Padilla, atendieron recientemente cuadros del síndrome del Guillain-Barré vinculados con la infección de dengue. Esta afección es causada por una falla en el sistema inmunológico para combatir las infecciones internas porque el organismo se confunde y ataca a los nervios periféricos del cuerpo. Puede producir parálisis de brazos y piernas.
Por otro lado, se ha visto que la enfermedad que transmite el mosquito puede causar un ataque cerebrovascular (por la disminución de plaquetas) e inflamación del nervio óptico. El sistema cardiovascular también puede alterarse. En los casos graves, según describieron los médicos de la Federación Argentina de Cardiología (FAC), puede afectar el corazón.
Las complicaciones que puede acarrear el dengue pueden variar desde una enfermedad silenciosa hasta miocarditis, arritmias (bloqueos y bradicardia), insuficiencia cardíaca, vasculitis o un cuadro de permeabilidad excesiva de los vasos sanguíneos que lleva a la hipotensión, e incluso al colapso vascular. En general, estos cuadros aparecen en un bajo porcentaje, aclaran los médicos.